CUARENTENA ESTRéS Y CRIANZA
Ayudar a afrontar el estrés en tiempos de cuarentena
La palabra estrés tiene su raíz etimológica en stringere que significa ?tensión?, es la respuesta natural que tiene nuestro cuerpo para adaptarse a su medio ambiente?su presencia es inevitable y necesaria. ¿Por qué necesaria? Porque es gracias al estrés que tenemos la oportunidad de crear recursos para hacer frente a los desafíos, a los cambios, novedades, dificultades?como nos comparten Maritchu Seitún e Inés Di Bartolo en su libro Apego y Crianza ?nuestra tarea de padres es acompañar a nuestros chicos, enseñarles recursos, compartir los nuestros para que resistan niveles de estrés cada vez más elevados sin consecuencias físicas o emocionales, de modo que ante los
inevitables momentos de tensión en sus vidas, tengan fortaleza, flexibilidad, recursos y estrategias para enfrentarlos y puedan capitalizar la experiencia, es decir, aprovechar la situación vivida para aprender y madurar?.
Claramente esto no significa que nuestros hijos tengan que estar siempre bajo situación de estrés para fortalecer su personalidad. Podemos diferenciar el ?estrés bueno? del ?estrés malo?. El primero es el que nos pone en marcha para enfrentarnos a desafíos que nos impulsan a crecer, a superarnos, como una clase bastante exigente de gimnasia?es el que sienten nuestros hijos las primeras veces que se tiran por el tobogán, cuando se largan a dar sus primeros pasos, cuando prueban la bici sin rueditas.
El estrés ?malo?, por otra parte, es aquél que nos desborda, nos abruma, es lo que ocurre cuando nos enfrentamos a un reto que requiere más recursos de los que solemos tener?es una sobre exigencia. Si el estrés persiste y se sostiene en el tiempo, conlleva serias consecuencias para nuestra salud física y psíquica.
Sin lugar a dudas, la situación que nos toca a atravesar guarda una importante cuota de estrés?el aluvión de datos que recibimos, la preocupación por la integridad de nuestros seres más queridos, entre muchas otras, despiertan en nosotros ese estado. Una imagen muy clara que nos presenta Regina Pally en su libro ?Criar con calma? tiene que ver con ponernos nuestra propia máscara de oxígeno ante el estrés para ayudar a nuestros hijos a poder lidiar con él, ¿qué nos quiere decir con eso? Que lo primero que debemos hacer como padres es reconocer y hablar de la experiencia de estrés que atravesamos; si no lo hacemos, nuestros hijos probablemente tampoco podrán hacerlo?sintiéndose incapaces de identificar y comunicar su sufrimiento emocional.
Prestemos nuestra mirada atenta y reflexiva para descubrir sus propias formas de comunicar aquello que les sucede?sepamos que en estos tiempos pueden estar más irritables, más ?caprichosos?, más demandantes. Tengamos en cuenta también que ?así como el estrés puede manifestarse de forma explosiva, también hay que estar atentos a los niños que
Pally nos comparte algunas herramientas para ayudarlos a gestionar de una mejor forma el estrés, éstas tienen que ver con:
# Estar ahí?está demostrado que la presencia física de un ser querido reduce eldolor, disminuye los niveles de cortisol, relentiza el ritmo cardíaco?alivia. Y en eso la cuarentena nos ayuda?no olvidemos la importancia de la presencia conciente, con plena atención.
# Buscar el contacto?acariciar, abrazar, tomar de la mano ayudan a volver a estados de mayor calma.
# Contener el estrés de nuestros hijos??darles un cubo más grande para que ellos lo llenen sin que se derrame la arena? (Pally, R., 2018). Nuestra capacidad reflexiva para comprender aquello que están viviendo en su interior les permite comprenderlo también a ellos, sintonizando con sus emociones, validándolas y empatizando. Cada vez que los chicos pueden recurrir a otros para ayudarlos a regularse, sus recursos de afrontamiento (¡que les conllevan un montón de esfuerzo!) tienen un ?recreo? para volver a reponer sus reservas.
Los niños no poseen aún la cantidad y calidad de recursos de afrontamiento que podemos tener los adultos para hacer frente a los estresores?la buena noticia es que los papás funcionamos como los principales reguladores de estrés para ellos. Además de ?salir a la cancha? para jugar con este estado, necesitamos saber y poder recuperarnos de él. ¿Cómo hacemos esto los papás? Consolando, validando (estás enojado, triste, nervioso?) y empatizando (a mí también me pone
algo enojado/ triste/ nervioso tener que quedarme en casa tantos días) y, por supuesto, pudiendo buscar estrategias eficaces para lidiar con nuestro propio estado de estrés?animémonos a cantar una canción que nos gusta mucho, a hacer ejercicio con ellos, a escuchar música un poco fuerte, a bailar?también el mantener rutinas más o menos armadas nos brinda la posibilidad de tener un
ratito para nosotros mismos para disfrutar de aquellas actividades del mundo adulto. Las prácticas de interioridad y mindfulness subidas a la web del colegio son propuestas muy ricas para comenzar a realizar.
Qué alegría, qué satisfacción, poder estar acompañados en situaciones de estrés que, quizás podemos transitar solos pero ?no en forma tan completa e integrada como de la mano de alguien que queremos y nos quiere y que nos comprende y suma sus recursos a los nuestros? (Seitún, M. y Di Bartolo, I, 2019)